No fue un simple desliz. Fue la prolongación del duelo de la Europa League ante el PSV Eindhoven. De nuevo el coliseo valenciano fue testigo de un viaje a la parra de sus hombres que provocó que una eliminatoria que estaba sentenciada a falta de diez minutos (4-0), lo estuviera más que abierta a la conclusión (4-2 final). La pésima imagen mostrada en Mestalla, maquillada con un triunfo en Granada, tuvo ante el Sevilla uno de sus capítulos más dolorosos. De nuevo, remontada en contra (1-2). Y aunque la pasada temporada la tercera plaza era un agradable consuelo dado la superioridad de Barcelona y Real Madrid, este año, aunque tal y como está el paisaje el objetivo sigue siendo el mismo, lo cierto es que el liderato de la otra Liga se vende muy barato. Y es que con 44 puntos hacía seis años que ningún equipo, a estas alturas, podía ocupar puestos de Champions League. Una muestra de que, salvo el antedicho binomio y el colista, la igualdad reina en el campeonato doméstico. Hace un año el Valencia ocupaba la tercera plaza con 51 puntos, a 20 del líder de entonces, el Barcelona. En la actual la diferencia todavía es más grande, 26. Unos números que no convencen a la afición, más ambiciosa que un proyecto donde las limitaciones económicas juegan un papel muy importante. Y es que este año recordemos que ya no está Mata. Como el anterior se marcharon Villa y Silva. Todo por mantener las arcas lo más saneadas posibles, pese a la pérdida de ilusión.
La situación es crítica y el futuro de Emery está en el aire. ¿Pero qué futuro le espera al Valencia si cambia de técnico? ¿Es cuestión de quien dirige en el banquillo o de una plantilla en constante renovación que cada temporada pierde a su estrella de turno? ¿Cuánto durará Soldado si recibe una oferta tentadora? Emery se lleva adaptando a las circunstancias desde hace cuatro temporadas. Lo que no se sabe es si la próxima lo volverá a intentar en un banquillo que sigue quemando como el sol. En Mestalla están que trinan con el entrenador hondarribiarra. Pero él fue el único que se atrevió, hace cuatro años, aceptar un cargo donde cayeron fulminados primero Quique Flores y luego su sustituto de emergencia, un Ronald Koeman que si bien ganó la Copa del Rey, tuvo que largarse una semana después de conquistarla por los paupérrimos resultados deportivos que casi le cuestan un descenso inimaginable, provocando además un ambiente casi irrespirable. Emery ha logrado sobrevivir al vaivén de futbolistas, a las prisas de última hora o al adiós de las estrellas, y aunque seguramente no lo haga con la brillantez que él desearía, mantiene al Valencia en los puestos de arriba. Ahora, la enésima prueba de fuego se llama PSV. Curiosamente, los holandeses estrenan técnico: un viejo conocido llamado Phillip Cocu. Particularmente, y tras lo expuesto, espero que no sea el último partido de Unai. Significará que los cuartos de la Europa League le esperan.
Fotos | El Confidencial # bujenin
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